Los espacios ocupacionales prefabricados, o también llamados elementos modulares, han visto aumentar su popularidad durante los últimos años debido a que siguen mejorando cada día. Muy probablemente usted no puede reconocer una casa prefabricada si viese una. Desde el año 2005 en adelante estas construcciones están tan cercanas en cuanto a diseño, estructura y aspecto general a las viviendas convencionales que se debe ser constructor para poder distinguirlas.

Se construyen dentro de una fábrica a través de procesos totalmente diferentes a los utilizados en la construcción tradicional. Se trata de montajes controlados y tienen mucho más para ofrecer que sólo precios bajos. Entre sus mejores cualidades podemos decir que en comparación con casas convencionales su velocidad de ejecución mejora notablemente, los plazos de finalización son mucho más cortos, el precio final se pacta por contrato y es cerrado y, en general, son algo más económicas.

Básicamente un local prefabricado se define como aquel espacio que se construye en fábrica, por lo general en secciones, paneles y/o módulos estándar que se ajustan a los códigos de construcción vigentes de una región especifica. Las partes son fácilmente trasladables desde la fábrica hasta el lugar de montaje. Quizás el material más utilizado para casas prefabricadas que conocemos hoy día, sea la madera, sin embargo, estructuras prefabricadas pueden ser construidas de cemento, acero, y otros materiales.

El montaje y ensamblado se realiza en el lugar y sobre una base de concreto previamente preparada en el terreno.  Los diseños arquitectónicos y los elementos constitutivos de cada unidad sistemas de son diferentes según cada cliente. Muchas veces los futuros dueños eligen una casa prefabricada por sus grandes ventajas en eficiencia energética, costo, seguridad, y principalmente ahorro de tiempo y dinero en la construcción.

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